Son las cualidades que reconocemos como propias de cada ser humano y que recogidas en su conjunto, se convierten en los paradigmas deseables del individuo en particular y del Instituto en forma general.
- HONESTIDAD: Actuar con transparencia, rectitud y honradez en todos y cada uno de los actos de la vida, sin contradicciones entre lo que se piensa, se dice o se hace.
- TRANSPARENCIA: Ser claro, evidente, sin duda ni ambigüedad, visible y abierto como servidor público y como ser humano.
- RESPETO: Reconocer la legitimidad de los demás tomando en consideración la diversidad de ideas, opiniones y percepciones de las personas, como base de la sana convivencia social.
- RESPONSABILIDAD: Cumplir bien, a tiempo y con empeño cada una de las funciones y obligaciones a mi cargo.
- COMPROMISO: Actuar con disponibilidad, conocimiento, responsabilidad, convicción y entrega en el cumplimiento de las funciones y obligaciones que me fueron asignadas.
- LEALTAD: Ser fiel a los principios y valores que se han identificado y rigen en el Instituto, reconociendo en ellos no una obligación, sino el camino a la excelencia individual e Institucional.
- INTEGRIDAD: Ser correcto, intachable, digno y moral en todos los aspectos de la vida: en lo que pienso, expreso y ejecuto, tanto en mi actividad laboral como personal.
- EQUIDAD: Dar un tratamiento justo e igualitario a las personas de acuerdo con sus necesidades, independientemente de su estrato socioeconómico, filiación política, sexo, edad o religión.
- TOLERANCIA: Aceptar las diferencias existentes entre las personas, tanto con los compañeros de trabajo como los usuarios del Instituto, reconociendo en este valor, un elemento básico para lograr una sana convivencia.
- PARTICIPACIÓN: Aportar, expresar, desarrollar y realimentar las actividades del Instituto, permitiendo la generación de nuevos espacios para que otros hagan parte del proceso.
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